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¿Qué es eso de la digisexualidad?

En todo el mundo está ocurriendo una revolución sexual menor. No se trata tanto de que las personas salgan de sus límites morales como de las nuevas tecnologías. Los trajes hápticos de realidad virtual, los sexbots e incluso los dispositivos sexuales implantados, algunos controlados desde todo el mundo por extraños, se utilizan cada vez más. A menudo llamada digisexualidad, algunas personas, especialmente aquellas a las que les resulta incómodo encajar en los roles sexuales tradicionales, están encontrando nuevas relaciones y sexo más significativo.

Al igual que con muchas nuevas tecnologías, abundan los problemas. Los psicólogos advierten que la tecnología, especialmente la tecnología interactiva, está alejando a los humanos del mundo real. Los detractores de la floreciente industria del tecno-sexo dicen que este tipo de intimidad no es real, y que es un poco diferente a un truco pavloviano. Pero los estudios muestran que el cerebro apenas reconoce la diferencia entre la excitación a través de la pornografía y la actividad sexual con una persona real. Si damos un paso más allá y nos involucramos con las personas en la realidad virtual inmersiva, nuestro cerebro parece saber aún menos de la diferencia.

Otra preocupación de esta nueva tecnología es el abuso sexual, lo que algunos llaman violación virtual. Casos como los de Bélgica , Australia y Suecia destacan si la violencia percibida en las nubes virtuales, especialmente en términos de juego de roles, puede traducirse en daño en el mundo real. En algunos casos, los usuarios en línea imitaban el comportamiento sexual a través de sus avatares antes de que la experiencia fuera mal y se convirtiera en abuso. Se están discutiendo nuevas leyes para tratar solo este tema.

En este tipo de intimidad online suele estar involucrado el uso de imágenes coreografiadas previamente, gafas de realidad virtual, auriculares y equipos hápticos, incluidos guantes. Los nuevos equipos pueden incluir tecnología para sentir todo el cuerpo e incluso aromas. Los usuarios pueden participar en el contacto físico percibido siguiendo escenas de actuación preescritas por modelos. Mientras un usuario no conozca la escena, el compromiso se siente novedoso.

Los programadores y cineastas tienen la vista puesta en utilizar celebridades y actores porno como avatares. Si las celebridades licencian sus personajes completos a una empresa de programación virtual, ¿el sexo de realidad virtual despegaría a lo grande? La respuesta probable es: tal vez.